Encuentro jóvenes CDO Tenerife

Intervención I: La dificultad más grande que tengo es el peso de la responsabilidad. Responsabilidad = preocupaciones. No puedo disfrutar mi tiempo libre tranquilo. Me duermo todos los días imaginando el desastre. En cuanto a mis empleados, los que más me molestan son las que más saben y les encanta dejarme en evidencia. Admiro a un amigo que llegó a su empresa y los echó a todos. 

Intervención II: Me interesa estar aquí porque ya el año pasado estos encuentros me cambiaron la vida. Me he visto en la tesitura de tener que despedir a algunos que no tenían buen rendimiento, pero escuchando a Berhard Sholz me di cuenta de que si me involucraba con ellos -programando una reunión semanal- se abría una posibilidad de crecer. Hay millones de cosas que te pueden hacer sentir incómodo en el trabajo y veo que desde la dirección podemos hacer mucho. Mi objetivo principal ahora en la empresa se ha convertido en cuidar a mis trabajadores, intentar que estén contentos y que se sientan valorados. He apostado por esto y veo un cambio tremendo. Producen mucho más. Llevo tres años en la empresa y no he tenido que despedir a nadie todavía. Ahora bien, veo una dificultad en plantearme despedir a alguien y decírselo a la cara. No me veo capaz si me pongo en la situación. 

Intervención III: me aburro en el trabajo. Mi jefe es demasiado capaz pero no confía en nadie. Yo veo que no me involucra y mi trabajo diario lo saco en 2 horas. Por otro lado yo soy el responsable de un área y en el último periodo hemos aumentado un 80% la producción. En otras áreas solo tienen un 30% de crecimiento. La razón es que me he implicado personalmente en todos los niveles de la producción, desde el más alto al más bajo. Tras haber comprobado la utilidad de estar juntos, me he reunido con mi jefe y le pedí justamente ayer una mayor implicación conmigo, creo que podemos ir más lejos si vamos juntos. 

Intervención IV: me asignaron un proyecto en mi área de trabajo en que tenía equipo, tiempo… situación ideal, incluso diría que entrar en ese proyecto era una situación mística, trabajaba incluso los fines de semana del agradecimiento. Sin embargo, ha pasado el tiempo y siento un vacío profundísimo. Veo que no hay grandes resultados, las compañeras no se involucran, me siento sola y ni siquiera la supervisora está presente. Definiría mi situación en el trabajo como profundamente triste. La emoción y motivación del inicio ha desaparecido radicalmente. Además, mi personalidad reservada no ayuda a reclamar a los demás. 

Intervención V: llevo muy mal no tener un feedback de mi trabajo. Me siento como en medio de un proceso que luego no veo si sale bien o mal. Eso me produce tristeza, porque me veo dependiente de conocer que lo que hago tiene un valor, pero no tengo manera de saber cuál es el recorrido de este proceso. No me siento parte de nada y no veo una solución real por cómo está organizada la empresa.